“A Real Pain” es una comedia dramática del 2024, escrita, dirigida y producida por Jesse Eisenberg. La historia sigue a dos primos judíos, David y Benji, que viajan a Polonia para visitar la casa de la infancia de su abuela fallecida. A lo largo de su viaje, los primos descubren aspectos desconocidos de su herencia y enfrentan las realidades históricas del Holocausto.
La película aborda el tema del Holocausto desde una perspectiva moderna, destacando cómo Hollywood trata esta tragedia histórica. Eisenberg presenta la lucha interna y emocional de la tercera generación para conectar con el sufrimiento de sus ancestros. Este enfoque no solo muestra el legado perdurable del Holocausto, sino también la importancia de la memoria y la educación en la lucha contra el antisemitismo.
Un aspecto crucial de la película es la conexión más profunda que la tercera generación tiene con los sobrevivientes en comparación con la segunda generación. Mientras que la segunda generación a menudo se vio abrumada por el dolor y el silencio de sus padres, la tercera generación encuentra formas de acercarse, comprender y honrar las historias de sus abuelos. Esta dinámica se refleja en cómo David y Benji buscan activamente entender el pasado, lo que resalta una evolución en la relación intergeneracional y la transmisión de la memoria del Holocausto.
Nacido en Queens en 1983, Eisenberg tiene una profunda conexión con el Holocausto. Su familia tiene raíces en Krasnystaw, Polonia. Aunque su abuelo emigró a Estados Unidos antes de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de su familia fue asesinada en el genocidio nazi.
El trauma del Holocausto era un tema del que no se hablaba abiertamente en su familia. Eisenberg comenta: “Mi abuelo nunca habló del Holocausto con mi padre. Pero estaba en el Bronx mientras su familia era asesinada en Polonia; tenía la culpa del sobreviviente”.
Como miembro de la tercera generación, Eisenberg procesó esta historia de manera diferente. Reflexiona: “¿Cómo mi padre no fue cuando cumplió 18 años? ¿Ir a llorar en la tierra de Krasnystaw? Pero para él era un tabú. Yo, siendo de la tercera generación, pensé: ‘¡Voy a escribir una película sobre eso!’ Porque para mí es algo remoto. No conozco los rostros reales de las personas que murieron, y por eso la gente más joven habla mucho más de ello, con una perspectiva más analítica y distante”.
Eisenberg señala cómo la memoria histórica está cambiando: “Cuando yo era niño, la gente hablaba de los números en los brazos. Ahora eso está relegado a museos y libros. Es natural llorar por las historias de seres humanos torturados, pero si buscas algún significado en tu propia vida a partir de ahí, te sentirás decepcionado”.
Esta nueva película de Eisenberg subraya la importancia de la educación sobre el Holocausto y cómo la tercera generación de sobrevivientes tiene una conexión diferente y más analítica con los eventos históricos. A través del humor y la crítica social, “A Real Pain” invita a una reflexión profunda sobre cómo recordamos y enfrentamos el pasado.